lunes, 23 de abril de 2007

Confesión de un sádico-controlador camuflado como un devoto esposo



Atrapado al fin… quizás solamente esperaba a perder las fuerzas…
Para que esta estúpida resistencia se agotara
La banca del parque es incómoda y fría…
¿Y que más da si lo eres tú también?
¿Y ella quién es?
Seré tan tonto como siempre
Y pensaré que es algún fantasma olvidando su sombra…
¿Un humano espiando sin razón aparente, sin interés alguno?
… No quiero imaginarlo…

Ya se acaba el cigarrillo, el filtro naranja huele a quemado…
¡Y la angustia comienza recién a elevarse!
¿Me vería muy maleducado si busco otro en mi bolsillo?
¿Debería mirarla a los ojos?
¿Debería llorar quizás?
No, debería dejar de hacerme estas preguntas y prestarle atención…
Después de todo es de mí, de quién habla…


Si vas a matarme hazlo rápido…
Quiero mudar de piel y comenzar una nueva aventura
Si vas a torturarme hazlo despacio… tomate tu tiempo…
Quizás llegue a acostumbrarme…
Quizás llegue a desearlo… a extrañarlo…
Quizás llegue a pensar que para enamorarse
Hay que sufrir y sentir que la vida se pierde
Se pierde y esa persona la devuelve con un abrazo estrecho…


Un abrazo que oculta las mismas garras
Que hace cinco segundos rasgaban tus entrañas
¿Me convertiría en un masoquista?
O quizás te haga creer que me dañas...
Para que sufras y la culpa consuma tu conciencia
¿Me he convertido en un sádico?


¿Cuál es la gracia de tener a ese pobre hámster encerrado? ¿Te divierte ver como corre en vano en esa rueda sin sentido? ¿O quizás te agrada el sonido de su desesperación, de su lucha inútil? Te sientes bien por alimentarle… pero lo mantienes ahí… lo torturas… Pero sientes que lo cuidas, que lo mimas que lo amas… Que más da… buscaré un cigarrillo en mi bolsillo…

2 comentarios:

Anne Stark dijo...

Mira por donde te vengo a encontrar...
Tendré más para leer...

Anne Stark dijo...

Mmm... me parecen conocidas...